Independiente Diálogo
Enfoque geográfico:
Argentina, Barbados, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tabago, Uruguay, Venezuela (República Bolivariana de)
Main findings
La causa fundamental de la inequidad de la tenencia de la tierra, falta de oportunidades para el desarrollo de una economía familiar campesina, la vulneración de derechos territoriales y humanos de los pueblos indígenas, la situación de exclusión de las mujeres y la juventud, es el modelo extractivista que domina la región. Por ello, este modelo es una amenaza para la preservación de los recursos naturales y para la seguridad alimentaria, pues la tierra ya no puede sostener más los agronegocios y los alimentos ultraprocesados. Frente a ello, se propone llevar a cabo transformaciones so
... Leer másciales, económicas y políticas integrales- entre ellas reformas agrarias que incluyan políticas y legislación que brinde seguridad jurídica a quienes viven en y de la tierra- que pongan fin al dominio del régimen corporativo global actual dentro de los sistemas alimentarios, y a la concentración de la tierra en manos de muy pocos. Garantizar los derechos individuales y colectivos sobre la tierra es pieza clave para que hombres, mujeres y jóvenes rurales, indígenas y campesinos, puedan contribuir de manera sostenible a los sistemas agroalimentarios. Solo transformando por completo el sistema hegemónico actual y transitando a un modelo agroecológico lograremos que los sistemas alimentarios sean sostenibles. Por ello, la agroecología debe considerarse como un motor de transformación en los resultados de la Cumbre de Sistemas Alimentarios. La agroecología es una apuesta política que permitirá concretar los cuatro pilares de la sostenibilidad: la sostenibilidad económica, social, cultura y ambiental. Esta apuesta se viene impulsando desde las organizaciones campesinas, étnicas, comunitarias e indígenas de la región, como un paso necesario para transitar a sistemas alimentarios realmente sostenibles y equitativos. Por ello, no debe ser vista solo como una técnica productiva, sino un camino de transformación de la sociedad basado en la equidad, en la igualdad de género, la diversidad biológica, la propiedad colectiva y el conocimiento como un bien público. En síntesis, es una propuesta política que nos permitirá transitar hacia un modo de vida donde la naturaleza y la alimentación sean vistas como un bien común. Por otro lado, se propone territorializar los sistemas agroalimentarios para que funcionen en circuitos cortos de distribución, contribuyendo a una vinculación más directa entre productores y consumidores, movilizando la economía y el consumo local, y disminuyendo la huella de carbono. Apoyar un cambio en esta dirección por parte de los Estados, permitirá que la actividad agrícola sea más rentable para las familias campesinas, y que la juventud rural pueda ver mayores oportunidades de desarrollo en el campo, potenciando el relevo generacional en los sectores rurales. La juventud rural puede contribuir a transformar los sistemas alimentarios actuales si son motivados y tienen respuestas a sus necesidades y expectativas, entre ellas el acceso a la tierra. Su capacidad de innovación, creatividad y el valor que de dan al cuidado del medio ambiente y a la agroecología abonan a hacer este cambio posible. En ese sentido, la juventud rural es una garantía para la sostenibilidad Las prácticas machistas al interior de las comunidades, dificultan el acceso de las mujeres a los espacios de decisión, discusión y participación sobre la gestión y administración de la tierra, especialmente en lo que respecta a la titulación colectiva y, además, limitan su acceso a los recursos. A esto se le suma el desconocimiento e invisibilización de la capacidad productiva de las mujeres, priorizando el otorgamiento de recursos, incluida la tierra, a los varones. Se necesitan cambios estructurales que puedan transformar la cultura patriarcal de las comunidades, sin perder de vista la diversidad de las mujeres rurales. Dado que gran parte de las mujeres rurales tiene posesión sobre la tierra, sin ser propietarias de la misma, se debe exigir políticas de reconocimiento, así como de redistribución: políticas distributivas con equidad, con acciones afirmativas, y propias para las mujeres rurales. Un esfuerzo muy importante que se debe hacer para lograr transformar los sistemas alimentarios actuales, es construir puentes entre el movimiento agroecológico, el movimiento por la tierra y todos los movimientos campesinos, con los movimientos urbanos que luchan por la salud, por los derechos de las mujeres, de los jóvenes y por la alimentación. Ampliar la conexión entre lo urbano y lo rural, implica también hacer alianzas entre consumidores. Leer menos
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Palabras clave: Environment and Climate, Governance, Human rights, Innovation, Policy, Women & Youth Empowerment